"Sé acerca de esas noches, en las qué, sin ninguna razón, no puedes dormir... cuando estás completamente solo, con nada más que tu cigarrillo encendido"

Ewon Jung - Totally Captivated

The Other side of the mirror - Capítulo 4

Desde hace mucho, mucho tiempo, hemos existido de diferentes maneras… en algunos casos hemos sido hermanos, en otros ángeles, amigos de la infancia e infinidad de relaciones similares, siempre tú y yo. Pero cada uno de esos destinos ha compartido el mismo fin, en cada ocasión que nos ha tocado vivir, hasta hoy, siempre hemos sido separados de una manera u otra; alguna vez yo morí por enfermedad y tú fuiste un prisionero, en otra ocasión fuimos separados al nacer, e incluso en otra, tú has muerto por mi culpa… e infinidad, infinidad de situaciones iguales. Pero en cada vida qué hemos vivido, hay patrones que siempre se repiten: 1. siempre estamos destinados a encontrarnos, 2. La mayoría de veces desarrollamos sentimientos románticos el uno por el otro, 3.al final, morimos jóvenes y somos separados. Pero no sólo esos patrones se repiten, existen personas que nos rodean que siempre están presentes en los “juegos” que vivimos, personas que conocemos desde nuestros “yo” originales… “¿originales?”, te preguntarás, sí. Ambos hemos poseído un ente original, nosotros no somos más que uno de los tantos avatares… como te expliqué, en todos los mundos estamos destinados a vincularnos por un sentimiento prohibido y terminar separados, y esto es controlado por alguien… un ente poderoso al que debo encontrar para poner fin al infierno al que nos ha condenado vivir… “¿Qué cómo se eso?”… ah sí, olvidé decirlo… esta vez yo recuerdo todo, cada una de nuestras vidas pasadas están en mis memorias, esa es otra maldición que recae en nosotros, a pesar que quisiera yo no puedo contarte nada de lo que hemos vivido, así como tú en nuestra vida anterior tampoco pudiste contarme nada de lo que recordabas, esa es otra maldición… tú tienes que recuperar tus recuerdos sólo, yo no puedo ayudar. Pero esta vez, quiero poner fin a esto, no puedo decirte con quien lucharemos ni el motivo de nuestra lucha, sólo quiero que estas malditas vidas se detengan y ser feliz a tu lado. Cuando amanecí en este mundo, a pesar de que no quería encontrarte, tu me llamaste en tus sueños y te enamoraste de mí al igual que yo de ti, por eso vine a buscarte con el pretexto de ser tu gemela, a pesar de que quise alejarme no pude… eres un imán que me atrae inexorablemente, así que estoy de nuevo junto a ti, otra vida más a tu lado no sería suficiente, Len…

A la mañana siguiente partimos.

Toda la noche, explicó toda una historia fantástica toda esa noche, ¿cómo podía creer una historia similar?, ayer era un estudiante de secundaria buscando un regalo para una chica, y hoy soy un estudiante de secundaria con un futuro trágico… ¡Qué demonios!

Obviamente al principio, al escuchar todo eso, pensé que Rin había bebido demasiado en la dichosa fiesta esa, pero después de tanto llanto y algunas palabras serias y frías, me di cuenta que estaba equivocado. Quizá el amor sea la única fuerza que hace creer hasta lo inimaginable, sí, le creí a Rin; por su forma de hablar, creí más en sus palabras de rencarnación y sufrimiento, que en las palabras de amor que me formulaba. En fin, no entendía aún porqué iniciaríamos un viaje, en realidad para mí, esas eran cosas de Rin en las que yo estaba involucrado, aunque inconscientemente no me interesaban; sólo pensaba en pasar más tiempo con ella, no importaba lo demás… por ahora.

- ¿A la escuela?, ¿para qué ir?
- El profesor Kiyoteru conoce a una persona importante, esa persona nos llevará con alguien que nos ayudará mucho en esto Len.
- ¿Es una cadena?, mmm ya veo… ¿Rin que cenaremos hoy?
- ¿eh? Vaya no había pensado en eso, bueno espero que nos inviten la cena hoy jajajaja
- Eso sería una alternativa genial jajaja…

Ambos caminamos por las calles estrechas que conducían a la casa de Kiyoteru-sensei, no tuve miedo en tomarla de la mano y andar así junto a ella, con la seguridad de qué ahora, una parte de sus sentimientos me pertenecía y sin importarme si uno de nuestros compañeros de clase nos veía e interrogaba acerca de esta extraña relación; mi deber a partir de aquí es hacer feliz a Rin, si ella desea viajar, pelear o incluso matar a alguien; yo lo haré por ella… demonios, siento que este amor posesivo, terminará destruyéndome.

Pensando de esta manera, llegué junto a ella a una casa normal para un profesor, yo que sé… cómo describirla… ¿normal? Rin se sentía nerviosa, por su expresión parecía no tener miedo de lo continuaría pero por algún motivo yo podía ver a través de ella y notaba la inquietud que inundaba su interior. Toqué el timbre, y esperamos que abrieran la puerta. Ese segundo de espera parecía eterno gracias al incomodo silencio que se respiraba entre los dos, ella tenía la cabeza gacha y yo me hallaba contemplando el cielo; en eso, la puerta se abrió hacia dentro rechinando por la vieja madera, Rin levantó la mirada e hizo el ademán de saludar…

- Buenos Días Kiyote… ¿ah? ¿Sakine Meiko-san?
- ¿Tú? ¡RIN-CHAN!

Una mujer esbelta, vestida de rojo y con un rostro y figura atractiva… ¿Sakine Meiko?... por alguna razón, sé que conozco ese nombre…

¿Quién es?

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